En la actualidad, los espías no llevan bigote, visten con gabardinas y fuman en callejones oscuros. Ni siquiera caminan por la calle, se infiltran en edificios protegidos, ni utilizan llaves maestras para abrir puertas de habitaciones inaccesibles.
No, en la actualidad, los espías están sentados delante de un monitor, cómo tú o cómo yo, detectando amenazas que surgen de lo que se transcribe en correos, webs, portales sociales, ¿blogs? jajaja, sí, también lo que escribo yo.
Esos espías, son hombres y mujeres de carne y hueso. Son personas remuneradas para detectar amenazas en contra de... ¿amenazas para quien y contra qué?.
Ahí es dónde el espía debe hilar fino y tener criterio, ahí es dónde un espía puede perder su humanidad y convertirse en un títere, al igual que lo son los soldados que vana dar lo más preciado que tienen, sus vidas, para salvaguardar los intereses de su país... ¿de su país o de los amancebados de su país?.
Para no convertirse en un títere de intereses supra-sociales, tú, espía que me lees, recuerda que por encima de todo eres un mono, como yo, pero un mono que aspira algún día a ser libre, y para ser libre debes lidiar con tu deber, de tal forma que el deber jamás pisotee tus valores y a la humanidad que durante siglos de historia, muchos otros nos han legado.
Te deseo buenas noches, querido espía.
sábado, 4 de mayo de 2013
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