viernes, 14 de abril de 2017

Lo difícil es unir

Desde que nacemos, querido mono, nos situamos en algún lugar de la meta clasificación que producimos a nivel social.

¿Eres rico o pobre? ¿listo o tonto? ¿Vives con dos padres o solo uno? ¿Eres adoptado? ¿Hablas inglés o francés? ¿Te gusta el rock o el dance? ¿Eres castellano o catalán? Y así hay cientos de miles de clasificaciones que nos otorgan aquello tan bonito a lo que llamamos IDENTIDAD.

Pues es un objetivo intrínseco en nuestra naturaleza, situarnos entre los demás de nuestra especie, obtener una identidad que nos ayude a dirigir nuestras efímeras existencias de una manera más... sencilla, ordenada, ¿lógica?

Identidad, fenómeno tan necesario pero tan poco "inteligente", así lo digo estimado mono.
Porque ¿de qué nos sirve ser tan inteligentes si al final necesitamos participar de un rebaño para sobrevivir? Bien, cierto es que hay rebaños muy violentos a nuestro alrededor, no vamos a ser tan inocentes como para no parar en ello. No se trata pues de ser un inteligente necio, se trata de ser un inteligente práctico, y esa misma práctica nos obliga a "unirnos" con otros compañeros de existencia que nos aporten bienestar, seguridad, asistencia, información, formación, etc.

Unir es más difícil porque nuestro bienestar implica luchar por recursos que otros rebaños tienen. Nacemos en un entorno de competencia porque somos incapaces como especie de superar nuestra decadencia. Poseemos una capacidad infinita para separarnos, para diferenciarnos los unos de los otros, cualquier excusa es buena: el color de la piel, el gusto sexual, la creencia en un dios (o en dos, o en tres), el idioma... cualquier aspecto posibilita la diferenciación entre humanos, y ello contribuye a mantener la rueda histórica de generar odios, guerras y masacres, década tras década. Al final estamos desarrollando un modelo donde, un rebaño piensa que será capaz de deshacerse del resto de rebaños, pero lo que no sabe ese rebaño es que lleva el mal de toda la humanidad en su esencia: la identidad.

Aún tenemos mucho que trabajar y evolucionar como especie. Sin duda.

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