Y pasa el tiempo y seguimos dando vueltas a las mismas preguntas, idénticas cuestiones y no sabemos que opción tomar.
La vida es un camino incierto en cuanto no sabemos en qué momento se acabará.
Esa cuestión, tan trivial, tan banal, pero tan fundamental provoca que nuestras decisiones, las más importantes, estén sujetas a una incertidumbre que puede hacernos equivocarnos de manera dramática.
Querido mono... ¿y si supiéramos la fecha exacta de nuestra muerte? Imagina que sabes que tu vida acabará dentro de 5 años, 6 meses y 4 días desde este momento. Supongamos también que eres una persona que quiere aprovechar la vida al máximo, sus placeres, sus momentos alegres, felices, que eres una persona positiva y esa noticia, lejos de marchitarte, te insufla adrenalina y ganas de aprovechar hasta el últimos segundo de tu vida.
Bajo esas condiciones la vida... se simplifica, se resuelve, se muestra sencilla porque las decisiones toman un rumbo, un propósito, una finalidad perfectamente definida. Viajarás o no, te reunirás más con tus seres queridos, gastarás el dinero sabiendo hasta qué momento y qué cantidad necesitaras. Y ahí me detengo. El dilema entre ahorrar o disfrutar de lo que se tiene hasta el máximo, para un mono sin descendencia es sumamente sencillo, y para los monos con descendencia mucho más exacto.
Moraleja: alguien que sepa cuando va a morir, sabe perfectamente hasta donde puede aprovechar la vida.
Mono... no te estoy diciendo que cometas una idiotez. Sé mono, no bestia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario