Uno no nace eligiendo a qué quiere ser adicto, ni siquiera se elige si se quiere tener o no una adicción.
Pero lo cierto es que la mayoría de monos sufren algún tipo de adicción.
La adicción es una conducta que el mono realiza bajo un fuerte impulso que le obliga a ello, para una vez consumada, volver a un estado de latencia dónde el mono vuelve a recuperar su control.
Ser adicto a un tipo de conducta, como digo, es algo frecuente, pero hay adicciones como colores tiene el arco iris; desde adicciones que se repudian hasta adicciones que se vanaglorian, de alguna u otra forma.
Un adicto al trabajo es un buen adicto.
Un adicto a la familia es un buen adicto.
Un adicto al chismorreo y el interés por vidas ajenas, es un adicto aséptico.
Un adicto a un tipo de droga, es un adicto que da lástima.
Un adicto al sexo es un depravado.
Un adicto a poseer cualquier objeto es un pobre enfermo.
Pero... ¿por qué un mono se vuelve adicto?.
Porque el mono nace con una debilidad y la sociedad donde se desarrolla la potencia, generando en el interior de ese mono una poderosa asociación entre estímulo y deseo, para acabar experimentando un tipo de vida que se desarrolla bajo tres etapas:
1) Etapa de equilibrio: el mono desarrolla su vida sin pensar en la conducta adictiva
2) Etapa de seducción: el mono sufre el influjo del pensamiento y los impulsos químicos que le incitan a resolver su conducta adictiva.
3) Etapa de auto rechazo: no todos la tienen, porque hay dos tipos de monos adictos: los monos que repudian su propia conducta y los monos que la toleran. Los primeros sufren la etapa de auto rechazo hasta que vuelven a la etapa de equilibrio, mientras que el segundo tipo pasan al estado de equilibrio sin sufrir auto rechazo alguno.
A su vez, en los monos que repudian su adicción, en la etapa de seducción, ellos son conscientes de lo que les está ocurriendo y entran en un debate interno dónde se cuestiona la conducta que están deseando desarrollar. Ese diálogo formará la base del futuro auto rechazo. Aunque si tal diálogo llega a consolidarse en contra del impulso y lo vence, el mono recibirá también una dosis de placer.
A diferencia del resto de acciones, las que se basan en drogas, tienen el perjuicio, para el mono que la experimenta, que éstas potencian mucho más la parte química de la adicción, generando una dependencia aún más fuerte que la dependencia psíquica pura. Así mismo, la adicción sexual también posee una alta dependencia producto de las descargas químicas que se generan tras la masturbación o coito.
Una vez más, observo que el mono poco puede hacer por librase de lo que su naturaleza le impone.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario