domingo, 1 de diciembre de 2013

Retorno. Siempre retorno.

No seamos ingenuos.
Nuestra naturaleza tiene unos límites que son insalvables.
Y no me refiero, querido mono, a los límites de nuestra esencia animal, sino a los límites de la realidad que nos rodea.

Cuesta creerlo pero somo pequeños ratones de laboratorio, desarrollando nuestra vida en un mundo complejo en apariencia pero sencillo en esencia.
¿A qué puede, un simple mono, dedicar su vida?.
Supongamos el día a día de típico de un ser humano:

-Dormir
-Trabajar
-Charlar
-Alimentarse
-Beber
-Cagar y mear
-Lavarse/Peinarse/Echarse cremas...
-Leer
-Ver televisión/vídeos/películas
-Escribir
-Contemplar
-Escuchar música/radio
-Viajar/Pasear
-Conocer a otros monos
-Desplazarse en un automóvil o similar
-Tocar un instrumento de música
-Pintar/Dibujar
-Esculpir
-Pensar/Meditar
-Cocinar
-Etc.


Entiéndase muchas de las anteriores, como actividades que se pueden hacer a solas, en pareja, entre amigos o en el interior de una masa humana.

Bien, con sinceridad... ¿te aparece tan... variado?. Si para ti, la diferencia entre conducir un Reanult  y un Porsche es grande y bien justificada, tienes una gran virtud, eres un ratón de laboratorio perfecto. Sin duda nuestros creadores estarán divirtiéndose mucho con la programación que te ha tocado soportar.
Pero profundicemos. Renault y Porsche son dos coches, tienen sus cuatro ruedas, aceleran, frenan, giran, son válidos para recorrer distancias sentado sobre una silla interna, tienen luces de alumbrado, y una larga lista de coincidencias que harían que un mono que jamás hubiese visto un coche, llegara a pensar que son la misma cosa, algo así como un pastor alemán y un san bernardo (ambos razas de perros).

Pero los ratones de laboratorio (nosotros, los monos) estamos diseñados para sentir pequeñas/sutiles diferencias y convertirlas en importantes rasgos identificadores de una misma cosa. Ésta, cualidad vital para ciertos aspectos de nuestro desarrollo social, como el de la ciencia, pero que para nuestro día a día, se convierte en un velo transformador de una monótona realidad en un asombroso arco iris de posibilidades.

Sí porque ya sabemos que esa canción se compone de partes que hemos escuchado en otras canciones, es cierto pero... me gusta.
Y sé que esa película está llena de clichés que ya he visto millones de veces, pero aún así sé sacar de ella algo nuevo, no sé... será que el protagonista tiene una curiosa forma de hablar o de moverse lo que me hace ver algo nuevo y distinto en esa película.
Sabemos que los políticos son unos absolutos corruptos, todos. Pero ese nuevo que ha salido me resulta cómodo de ver y escuchar por lo que debe ser distinto al resto.

Moraleja, querido mono: nuestras vidas son limitadas en posibilidades, en actividades a desarrollar, pero tenemos la capacidad de considerar, cosas análogas, como distintas.

No te aburras.

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