lunes, 1 de abril de 2013

Dios (1)


Oigo con suma facilidad a muchas personas famosas decir que dan las gracias a Dios por haberles hecho tan felices o haberles dado la posibilidad de tener tanta fortuna, o dar las gracias por haber conseguido un premio o haber batido un récord en una prueba olímpica, así lo oigo también de aquellas personas que por ejemplo han sobrevivido a un desastre o han salido de un peligroso accidente o de una dura enfermedad.

Y muchos nos preguntamos ¿se podrá ser más egoísta y cínico?. ¿Cómo alguien puede dar las gracias a Dios por haberle permitido sobrevivir a un terremoto dónde cientes o miles de personas han muerto?, ¿cómo alguien puede dar las gracias a Dios por ayudarle a haber obtenido un Oscar?.

En la mente de un ateo tan sólo hay una explicación para todo esto: egoísmo, el egoísmo de los monos, de esta especie que sólo sabe que mirarse al ombligo día tras día y que con suma raidez y banalidad valora todo lo que no le importa.

Pero, así son, y es estúpido quejarse de lo quema el fuego porque fuego es.

Podremos cambiar a cientos de hombres que estarán capacitados para poder cambiar, pero no a quien no tenga esa cualidad.

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