Oigo con suma facilidad a muchas personas famosas decir que dan las gracias a Dios por haberles hecho tan felices o haberles dado la posibilidad de tener tanta fortuna, o dar las gracias por haber conseguido un premio o haber batido un récord en una prueba olímpica, así lo oigo también de aquellas personas que por ejemplo han sobrevivido a un desastre o han salido de un peligroso accidente o de una dura enfermedad.
Pero, así son, y es estúpido quejarse de lo quema el fuego porque fuego es.
Podremos cambiar a cientos de hombres que estarán capacitados para poder cambiar, pero no a quien no tenga esa cualidad.
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