Uno piensa que el mundo y las personas son de una forma, y ese pensamiento o idealización muta de acuerdo a como nos sentimos en ese momento.
Uno ve en los demás con mayor facilidad cosas que valora como positivas y las idealiza como buenas y además perdurables en el tiempo.
Pero a veces la vida te da la oportunidad de observar más de cerca a aquellas personas a las que idealizaste en su momento, la vida te da un instante para que apartes la máscara de tu cara, la máscara que transforma el mundo que llega a tus ojos, para que puedas observar desde otra perspectiva el poliedro existencial que habita en aquella otra persona.
Qué fácil es culpar al otro de no ser lo que dice que es, cuando incluso el hacer eso refleja lo que realmente es.
Las máscaras del mono, tu máscara.
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