jueves, 25 de abril de 2013

La cara oculta que el mono no quiere ver

La gente mira a los padres y madres con sus crías caminando por la calle y se alegran de ver tan maravillosa escena de amor y cariño.
La familia idílica sale a la calle y representa su papel.
Mira lo que he conseguido: mi familia.

En un contexto de estado de bienestar, la apariencia es más real incluso que la propia realidad, porque la sociedad otorga su beneplácito a aquellos que "aparentan" ser triunfadores.
Luego estamos inmersos en un mundo egoísta y envidioso, derivado de nuestra esencia animal que portamos en cada gen que nos compone.

Esa familia modélica... ¿modélica?. Estoy harto de conocer familias aparentemente modélicas que serían capaces de engañar, robar o hasta incluso matar por su bienestar. ¿No te parece, mono irreverente, curiosa la expresión de: "tuve que robar para alimentar a mis hijos"?. Es decir, un padre se cree legitimado a robar porque sus hijos están pasándolo mal. Por esa regla de tres... ¿tiene el continente africano el derecho de invadir europa y los estados unidos para saciar el hambre de sus críos?. 

No seamos estúpidos. Todos vivimos en un ecosistema artificial, dónde hay depredadores y corderos, dónde hay una cadena alimentaria perfectamente establecida, y los hay triunfadores y perdedores. Cambiar ese modelo es posible porque lo vemos, porque incluso lo imaginamos, pero para ello hay que quitar poder era tras era a los que triunfan a costa del resto.

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