Caminas por la calle y de repente aparece una persona.
En tan sólo un instante tras verla fugazmente ya tienes en mente una serie de características pre establecidas sobre tal mono:
-sobre su belleza o fealdad
-sobre su estatus social
-sobre su actitud (violencia, educación, respeto)
-sobre su poder adquisitivo
-sobre su estilo de vida
-sobre sus posibles amistades
-etc.
Hasta tal punto es tan fuerte dicha respuesta interna que muchos monos terminan reaccionado ante una posible fortuita interacción con el mono aparecido, de acuerdo a todos esos prejuicios que se han presentado en su cabeza sin pedir permiso.
Este proceso tan arcaico y visceral nos ha ayudado a evolucionar como especie, nos sirve para protegernos, seleccionar pareja, alejarnos de problemas, etc.
Pero este mismo proceso es la fuente del racismo, la xenofobia y cualquier tipo de discriminación.
Al mono lo extraño le incomoda, pero tiene una arma irracional como respuesta para lograr la mejor adaptación posible en el menor tiempo.
Cosas de monos.
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